Un “café online” con… María Marín, de @cenasparapeques

Un “café online” con… María Marín, de @cenasparapeques

Divertida y cercana hasta por teléfono, después de hablar con María Marín no nos sorprende en absoluto su éxito. Lleva tres años ayudando a grandes y pequeños a comer de forma sana y variada en redes sociales, y hace poco más de un mes se ha lanzado a publicar su primer libro de recetas, Cenas para peques… ¡que ya se prepara para una segunda edición! Queremos saber cómo empezó la aventura para esta periodista y mamá de cuatro niños. ¿Nos acompañas?

María Marín Alonso, autora de Cenas para peques, junto a una de sus creaciones culinarias.

¿Cómo surgió en primer lugar la idea de publicar tus recetas en redes?

De la forma más natural del mundo, con una conversación con mis compañeras de trabajo sobre lo que cocinábamos para nuestros hijos. Yo cada día les comentaba una receta nueva: unas bolitas de brócoli, unas tortitas de coliflor… Siempre me preguntaban por ellas, hasta que mi compañera Isabel me empezó a animar a publicarlas en línea. Después de mucho insistir me animé y ¡ya han pasado tres años desde entonces!

¿Siempre quisiste publicar tu propio libro o fue una idea más espontánea?

Lo del libro no se me hubiera pasado nunca por la cabeza, pero tuve una llamada de la editora y no me lo podía ni creer. Le dije que no lo veía, que yo era una madre de familia y no era ni experta en cocina ni nutricionista. Me contestó que a lo mejor era eso lo que quería la gente, recetas de casa y de la forma más saludable posible.

La verdad es que es estupendo ver cómo ha funcionado: ya estamos por la segunda edición, la respuesta ha sido maravillosa. Ha requerido muchos meses de trabajo y esfuerzo, probar las recetas, elegir las imágenes… Al final tu libro es casi como un hijo más. Y ver que a la gente le esté ayudando es la mayor satisfacción.

Lo que más nos sorprende es la variedad de tus recetas. ¿Cómo haces para no quedarte sin ideas?

La cocina es tan versátil que me pasa muy poco. Incluso con un solo ingrediente hay muchísimas posibilidades: con el brócoli, por ejemplo, puedes hacer un montón de recetas y sigues comiendo verdura sin cansarte. Es cuestión de echarle imaginación y creatividad.

Sí que es verdad que yo soy la pequeña de ocho hermanos, así que las recetas de aprovechamiento surgen de allí, de ver a mi madre cocinar para todos e idear recetas con cualquier ingrediente. No sé si parte se hereda o se aprende, pero desde luego ha sido un buen legado.

Hemos visto en alguna foto que a veces los peques cocinan contigo… ¿Alguno apunta ya maneras de cocinero?

Les gusta porque es un momento de disfrute en familia. Hay uno que es más cocinillas, pero los otros se animan porque les encanta pasar el tiempo juntos. A veces “desayudan” más que ayudan, pero con un poco de paciencia, puede ser muy divertido. Además, si ellos cocinan van a aceptar la comida mucho mejor a la hora de probarla.

¿Tus niños comen de todo sin problema o hay algún plato que se niegan a probar?

Son tragones y de buen comer, es cierto que yo no he tenido niños con poco apetito. A veces me dicen que tengo mucha suerte, pero creo que hay un factor educacional muy importante. Hay que predicar con el ejemplo y tener mucha paciencia y constancia; un niño no es buen comedor siempre, algunas temporadas tienen un rechazo a “lo verde” pero a base de probar les acaba gustando. Y, sobre todo, hay que hacerles entender que la verdura es parte de su alimentación diaria: igual que se les enseña a estudiar, también es esencial enseñarles a comer bien.

Un consejo para evitar batallas campales cuando los niños no nos comen bien…

Es muy importante acabar con las batallas campales. El momento de la comida tiene que ser un momento de distensión familiar, en el que podamos hablar con ellos tranquilamente de cómo ha ido el día; no pueden asociarlo con llantos y peleas.

Para que un niño quiera probar un alimento, a veces hay que ofrecerlo muchas veces en distintas formas; si no le gusta rebozado, igual le gusta al horno. Hay que tantear e insistir, pero también ser justos: si nuestro niño aborrece la coliflor, podemos darle otras verduras que le gusten y ya le gustará la coliflor más adelante, no pasa nada. Lo esencial es encontrar un término medio entre cocinar solo lo que te piden e imponerles siempre la comida.

¿Cuál es el mayor reto de compaginar trabajo, redes sociales y familia numerosa?

¡El reto es sobrevivir! Hay que saber que no podemos llegar a todo y no exigirnos más de lo que somos capaces de hacer. Lo principal es pasar tiempo con ellos, y por eso no busco elaboraciones perfectas, sino recetas rápidas y sanas.

También me ayuda mucho el batch cooking: cocinar más el fin de semana para tener tiempo a diario. Al final, con un poquito de organización se puede.

¿Tu receta estrella? ¿Y aquella a la que recurres cuando no tienes tiempo?

Con cuatro niños cada uno tiene sus gustos, pero los huevos al plato es una de las que siempre triunfan. Es una receta de casa de toda la vida, fácil como ella sola y muy completa, con proteínas de las legumbres y del huevo.

Y es facilísimo prepararla, ¡incluso con un niño agarrado a una pierna y preguntándole la lección a otro! Basta con una base de tomate, el huevo, los guisantes, unos taquitos de jamón y al horno. Intento no recurrir a los procesados; hay otras opciones mucho más saludables, como esta, que llevan poco tiempo y los niños se chupan los dedos.

¿Qué es lo que nunca le darías a tus hijos?

Prefiero decir “nunca digas nunca”. No les daría nada que fuera prejudicial para ellos pero tampoco puedo evitar que de vez en cuando quieran comer una pieza de bollería industrial, porque no se les puede envolver en una burbuja. Los extremos tampoco son buenos y en mi casa, en ocasiones especiales, también entran las patatas fritas. Lo importante es que sea algo ocasional en vez de habitual.

Te gustaría que te hubieran avisado antes de…

La importancia de leer las etiquetas. Cuando comencé con la maternidad hace 11 años no estaba tan bien informada, y una vez que entras en la dinámica de leerlas ya no das marcha atrás (¡porque no quieres!).

Sí que hay algunos hábitos de antes que me cuesta quitar. Por ejemplo, si lo hubiera sabido antes, no hubiera introducido el Cola Cao en casa; una vez se acostumbran es difícil quitárselo.

Siempre digo que tenemos que aprovechar el paladar virgen del niño porque no necesita ni sal ni azúcar, disfrutan igual con la fruta y la verdura. Cuanto más sana la alimentación en casa, mejor legado vamos a dejarles a nuestros hijos.

¿Una receta para Halloween?

Ya me lo han preguntado algunos de mis seguidores, pero en casa no lo celebramos así que… ¡no tengo ninguna! Me guío más por las recetas otoñales con calabaza o boniato.

Lo mejor de tu vida es…

Mi familia, sin duda alguna.